Brindemos
Alguien dijo alguna vez que una persona que es capaz de hacerte sentir sin ponerte un
solo dedo encima tiene derecho a todo, pues bien, dejo constancia de cederte todos mis
derechos, te cedo el poder de mi misma, has ganado.
Nunca he creído en el amor verdadero, siempre me ha parecido algo producido por las
grandes pantallas, una utopía, quizás la necesidad de creer en algo, el anhelo de ser
queridos a tiempo completo por otra persona, incluso una tradición, algo que te venden
desde pequeña, algo que te da alas para soñar con un príncipe azul que se comporte tal y
como Walt Disney dictaminó.
Luego creces y los supuestos príncipes azules te hacen perder toda la fe en este tipo de
historias, hacen que lo vuelvas a ver como algo inalcanzable, una estafa.
Pero, de repente sucede, llegaste tú. Llegaste y para ponerme todo patas arriba,
haciéndome replantearme todo, desde mis cimientos, desde mis valores, pidiéndome
tregua en una guerra contra mi misma, para demostrarme que aquello de lo que hablaban
los mayores si existe, que no hace falta que vengas con capa y espada, sino que me tomes
de la mano y me digas «respira que estoy aquí, físicamente o no, pero a tu lado», me vuelves a hacer soñar, me haces volver a sentir niña.
Tú dices que soy tu mas bonita casualidad, yo te digo que eres lo mejor que me ha pasado,
y es que de alguna manera ahora eres mi cuento, horas y horas de historias al otro lado del
teléfono, incluso a mas de 1000 km, consigues hacerme sonreír, suspirar, ilusionarme, y
llenar toda una libreta de anotaciones mentales con planes juntos, has aparecido de
repente, como un espectáculo de magia para alegrarme la vida.
Quizás el problema de todo lo que me hizo perder la fe ha sido mio por abrir la puerta al
corazón con la cadena echada, pero en cambio tu viniste tirando de una patada todos mis
miedos, sacando la mejor versión de mi misma y ofreciéndome la mano para no tener la
necesidad de ir con pies de plomo en esta historia, a tu manera, tan prudente,
mostrándome el significado de la palabra confianza, teniendo por dos más de la que yo
misma he podido llegar a tener en mi misma.
Y que me apetece brindar, que es como se celebran las cosas bonitas que nos da la vida,
me apetece brindar, copa en mano, por habernos encontrado sin tropiezos, por las cosas
tuyas mías y de nadie más, por un mundo entero pero contigo.